Aunque no está hecho para funcionar en seco de forma continua en la mayoría de las aplicaciones, el revestimiento de diamante para caras de cierres mecánicos elimina por completo la amenaza de daños en los cierres por la falta ocasional de lubricación de los cierres a corto plazo. Sus propiedades tribológicas garantizan un notable ahorro de energía, con grandes mejoras económicas y medioambientales en todas las operaciones industriales. Dicho ahorro suele alcanzar más del 50% del consumo total de energía de los cierres mecánicos.

Aunque el revestimiento de diamante para cierres mecánicos está ganando rápidamente confianza entre los usuarios de todo el mundo, no todos los revestimientos son iguales. Sealtek® se enorgullece de proporcionar un soporte técnico completo a la hora de seleccionar el revestimiento más adecuado para cada aplicación, con el fin de ofrecer siempre la solución más rentable. 

Algunos ejemplos de los diversos tipos de revestimientos disponibles son:

Revestimiento estándar

Una capa de diamante CVD de 8 µm de grosor ofrece la solución óptima para optimizar costes. El diamante estándar puede combinarse con otros materiales para obtener coeficientes de fricción extremadamente bajos a precios muy razonables.

Revestimiento resistente

Capa de diamante policristalino de 16 µm o 24 µm, extremadamente adecuada para lodos de baja viscosidad que normalmente proporcionarían una lubricación insuficiente al cierre mecánico sin grandes cantidades de lavado costoso. Excelente para el sector papelero y minero, o cualquier aplicación que implique lodos abrasivos y densos.

Revestimiento blando

Superficie más lisa, que proporciona una planitud superior de la cara de la junta. Este revestimiento reduce en gran medida el coeficiente de fricción de la junta cuando funciona con fluidos de alta viscosidad, como agua caliente o hidrocarburos intermitentes, que causarían fugas inaceptables con otros tipos de diamante.

Revestimiento amorfo

Mientras que otros revestimientos requieren siempre una cara de carburo de silicio como base, esta tecnología puede aplicarse sobre carburo de tungsteno, cuando se necesita su resistencia mecánica para aplicaciones de cristalización o polimerización de fluidos.