¿Qué sentiría si un coche tuviera que circular con el freno de mano echado?

Eso es lo que les ocurre a diario a los equipos rotativos que utilizan soluciones de estanquidad de baja tecnología. Los dispositivos de estanquidad absorben parte de la energía desarrollada por el motor de la bomba y la convierten en calor por la fricción de sus piezas. Ese calor, cuando es excesivo, también puede requerir energía y agua adicionales para ser disipado.

Se sabe que las empaquetaduras de prensaestopas absorben hasta el 10% de la energía total producida por el motor de una bomba, mientras que para un cierre mecánico equilibrado este valor suele rondar el 1%. Pero, ¿es un 1% lo suficientemente bajo?

Un cierre mecánico que utiliza la tecnología de recubrimiento de diamante Sealtek® presenta un coeficiente de fricción entre 7 y 8 veces inferior al de un cierre convencional con recubrimiento de carburo de silicio autoparado. Dado que la absorción de energía de un cierre mecánico es directamente proporcional a su coeficiente de fricción, y un cierre mecánico en una aplicación media (no de alta velocidad y no de alta presión) puede absorber fácilmente más de 200W, se puede calcular que la diferencia entre un cierre convencional y un cierre con revestimiento de diamante sería algo así como 1 MWh al año, para una sola bomba.

Al mismo tiempo, las juntas de diamante mantienen un bajo nivel de fricción y de gasto de energía al tiempo que permiten la menor fuga posible, mientras que para las juntas convencionales la única forma de mantener la fricción dentro de unos niveles razonables es dejar pasar más fluido por las caras de la junta, para mantenerlas lubricadas.